Vista El Blog
29
Jul
2011

Mis Colores

Mamá Notcias se complace en presentar a una amiga y nueva colaboradora, Laura Erika, quien nos deja ver su sentimiento materno a flor de piel y nos invita a que difrutemos de los cuentos que le ha escrito a su hija. En ellos nos narra las aventuras  que noche a noche recorre para disfrutar de “dulces sueños”.
Me llamo Laura Erika, tengo 36 años, soy una mujer feliz. Amo la vida, amo el periodismo y la fotografía, pero sobre todas las cosas amo a mi familia: mi esposo, Alejandro y mis dos hijos, Alejandra de 9 años y Fernando de 5. Cuando mi hija tenía 3 años comencé a escribir algunos cuentos que ella misma me inspiraba, por ejemplo un día en que tenía miedo de dormir, pues escuchaba un raro ruido entre las tejas de la casa, le conté que seguro era un pájaro que no sabía cantar… y su experiencia de miedo cambió a ser una experiencia de amor con la que consiguió tener “dulces sueños”, en otra ocasión llovió por la tarde y en el terreno baldío que estaba a espaldas de la casa, justo debajo de su ventana, se escuchaban los sapos croar, ella se asustó mucho con ese “raro ruido” así que “la convertí” en princesa y “fue a jugar con ellos”…Son las historias que ahora les comparto y espero les gusten mucho.

 

Por: Laura Erika M.R.

Piensa en que caminas descalza en un campo verde, sintiendo el pastito en tus pies, ves flores, árboles, pájaros, catarinas y mariposas, y es todo ¡tan hermoso!, que quisieras pintarlo para después enseñárselo a todos, así que decides ¡hacer un dibujo!, pero ¡oh no! A tu sueño no has llevado ni crayones ni lápices, nada con qué pintar.
De repente sientes en tus pies cómo el pasto se mueve para un lado y para otro, te acercas agachándote ¡y te das cuenta de que te está hablando!, sí el pasto te habla y tú le entiendes, te dice que acerques tu dedo a su brillante color verde, así que cuando lo haces… ¡guau! tu dedo índice se pone verde y puedes pintar en el aire y en el cielo y donde ¡tú quieras!, y das vueltas de un lado a otro pintando hermosos paisajes, pero, momento, escuchas que alguien ríe, jijijiji, no ves a nadie pero se vuelve a escuchar ese contagioso: jijijijijijiji, son tres flores grandes, amarillas que voltean para verte y luego se apenan y giran hacia otro lado -¿son ustedes?- les preguntas, -jijijijijiji- vuelves a escuchar mientras te dicen que sí con sus pétalos –qué girasoles más bonitos- les dices, y al acercarte a tocarlos, ellos te comparten su hermoso amarillo con el que pintas un sol grande y caliente que les encanta.
Tu dibujo es ya precioso, con tus manitas has logrado agarrar colores de toda la naturaleza y hecho un trabajo genial, tienes ya un dedo rojo, otro azul, uno verde, otro amarillo, en fin, das un último toque pintando con toooooda tu mano, hasta formar un colorido arcoiris, tu dibujo quedó hermoso, felicidades. Sólo falta sacudir tus manos para no regar el color en tu cama al despertar del sueño, pero oh! ¿qué pasa? Sacudes tus manos y de las gotas de pintura que caen, se van formando miles de mariposas que te acompañan de regreso a casa, cargando entre sus alas el hermoso dibujo que al despertar, enseñarás a mamá y papá.
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Comentarios

  1. Que historia mas bonita! Me encanto tu post!

    http://www.comiendoenla.com

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