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En mis recuerdos de infancia siempre estan los paseos a la feria de mi ciudad, la cual se asemeja mucho a las que se llevan a cabo en Estados Unidos, así que me gusta disfrutar  estas experiencias con mi familia. Y en este caso, el OC Fair, como se le conoce en ingles, es una “escape” perfecto para la diversión. Durante nuestra visita conocimos de cerca al reino animal, apreciando el ganados que ahí se exponen, admiramos una exposición de artesanías y objetos decorativos que forman parte del legado cultural del Condado de Orange. Asimismo disfrutamos de sus juegos mecánicos y comimos antojitos de feria, que van desde palomitas caramelizadas, piernas de pavo, elotes y todo tipo de fritangas que solo se disfrutan en este tipo de eventos y que nadie puede resistir. Me encantó ver el espacio dedicado a los pequeños, presentado por los Boy Scouts, en donde los reyes del hogar, exploran el mundo que los rodea y aprenden sobre el arte del escultismo. Ahí mi hijo y su primo gozaron al máximo, en una alberca de arena y se refrescaron en un juego en donde mojarse con globos era la sensación de todos los visitantes.